viernes, 24 de julio de 2009

00 / La piedra filosofal

Yo como piedra soy muy degenerada. Los hombres llaman degeneración el ir de una cosa dura a una cosa blanda, de una cosa sana a una cosa enfermiza. Las cosas enfermizas las clasifican en simpáticamente enfermizas o artes y antipáticamente enfermizas o vicios. Yo he tenido la virtud de poder ser dura y blanda al mismo tiempo. Me he metido en los problemas de las piedras y que son los problemas de no tenerlos, y me he metido en los problemas de los hombres y que son los problemas de tener problemas. Por esta virtud he descubierto la Teoría de la Graduación. Las leyes más comunes de la Teoría de la Graduación son: cuanto más dureza más simplicidad y más salud, cuanto más blandura más complejidad y más enfermedad. Por eso a veces es tan complejo y enfermo el espíritu del hombre. Algunos tienen tanta abundancia o exuberancia de esto blando o enfermizo que lo derraman por encima de nosotras las piedras. Y zas, resulta de esa manera que nosotras tenemos sentimientos o intenciones. Otra de las leyes es: cuanto más blandura interesa más el propósito del destino y el por qué metafísico. A nosotras las piedras no nos interesa el por qué metafísico: éste se ha hecho para los hombres.

[Felisberto Hernández. La piedra filosofal]

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